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PRÓLOGO
Carlos
Ibáñez es un barakaldés nato, neto y de pro
que, cual Fígaro historiador, consagra su vida al viejo arte
de la crónica local. Dedica cada día un montón
de horas fructíferas a investigar sobre su pueblo, para transmitir
a los demás los datos más vetustos de Barakaldo o
descubrir las más curiosas ejemplaridades de la población
barakaldesa.
Ahora
le toca el turno a ese otro Barakaldo popular de las personas fuera
de serie, con sus siluetas callejeras y con sus figuras de pobres
y cuidados "Luisitos" o con el impacto anecdótico
de los más coquetos y preparados, que han llegado a pasar
con todos los honores a la Historia Popular Barakaldesa.
Carlos Ibáñez ha buceado en
ese pasado reciente de su lugar de origen y residencia. Ha ido dando
forma ocurrente a las "escenas con figuras" de personajes
insólitos contemplados con amor, testimoniados a base de
tonos sepias y plasmando con entusiasmo esas décadas de ámbito
familiar de la comunidad fabril.
Barakaldo
es lugar bueno para vivirlo, grato y cordial se le propagandeaba
no sin cierta sorna..., por eso la Anteiglesia deja su protagonismo
a los buenos barakaldeses, nativos o adoptivos. Tal vez Ibáñez
está elevando a otro rango, a otra categoría, el suelo
que le ha visto nacer y en el que se siente tan a gusto. Lo que
ha motivado el nacimiento del presente libro, que trata de unas
gentes con salsa, contenido y gracia especial en el hábitat
de la Anteiglesia. Lo que hace Carlos Ibáñez es reflejar
el ayer humano que prima con imposiciones caciquiles - las "llanezadas",
producto auténtico de la casa -.
Nuestro actual "notario de letras,
hechos y personas" del municipio fabril (que es su "pueblo
fe, pero muy querido" y en el que todos los defectos son virtudes),
realza, en simpático homenaje, estos tipos jocosos, distintos
y raros, moradores tan fuertemente arraigados a la tradición
del municipio que han quedado como entrañables reliquias
y leyendas de su feudo.
[...]
Mario
Ángel Marrodán
CARLOS
IBÁÑEZ Y SUS PERSONAJES POPULARES
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Durante
un largo período de tiempo fueron apareciendo publicados
en EL CORREO todos mis populares; algunos de los lectores consideraron
ridículas las caricaturas que iban apareciendo e incluso
pidieron que se publicara la de este Cronista. Como no tuve
complejos ni antes ni ahora no dudo en volver a aparecer en
este Libro entre mis queridos populares. |
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