|


PRÓLOGO
El
popular cronista barakaldés Carlos Ibáñez cambia
de tercio y se ocupa ahora de recopilar en plan forofo un repertorio
de canciones más acordes con los gustos del pueblo: las "bilbainadas",
que no son otra cosa que aires populares para ser cantados, no tan
sencillas como aparentan prima facie.
Como
líder e iniciador de libros y publicaciones de "su"
Barakaldo ha abierto la veda de sus continuadores. Creo que por
saberse descendiente en parentesco de Trueba para mayor honor y
gloria, ha sido capaz de movilizar con su pluma a una nutrida representación
de lectores, y a juzgar por la documentación aportada en
este tipo de música que procura acercarse al arte musical
local y castizo, Ibáñez no está mediatizado
por su condición de "amateur". pues desde ese amateurismo
multifacetado no renuncia a sus capacidades, sus inquietudes y sus
investigaciones que la historia de las bilbainadas le demanda. Por
ello, puede anotársele a su favor el haber ofrecido, a través
de un no pequeño caudal, muchas obras confesas y conservadas
bajo el mismo signo inspirador, en una actitud digna de encomio
y una pasión indudable por estas clásicas composiciones
musicales nacidas de Bilbao. Reviste especial importancia aquí
la atracción de lo viejo con lo nuevo y renovador, para tener
donde elegir. Con el espíritu cantor que proporciona identidad
a un pueblo, el autor lanza una guía documental muy abastecida
por los escritores letristas - él uno de ellos - y por las
pegadizas notas de los compositores. Esparciendo ufano musicalidades
típicas de localismos de la escenografía vinculante
que se ha propuesto abordar, el libro se viste de bilbainadas que
responden a las expectativas. A él testifico mi respetuosa
paráfrasis en cuanto parte integrante de la historia de Bilbao
y dedico mi valoración más entusiasta.
Mario
Ángel Marrodán
|
|