
SOÑANDO
CON EL BOTXO
Un bilbaíno
subió al Cielo
para ver el Paraíso
y al hacer comparaciones
me vuelvo a Bilbao, nos dijo.
Y se marchó descendente,
más rápido que un tornado
para llegar cuanto antes,
a su Bochito añorado.
En una noche
de ensueños
el bilbaíno visionario
pudo ver que aquí en la Villa
casi todo había cambiado,
pero algo seguía igual,
por el cielo iba vagando,
eran versos, eran coplas,
cantadas por los bilbaínos.
Bilbao era más
bonito
más lindo y enamorado
y sus nuevos edificios
aún le daban más encantos
"La Campa de los Ingleses"
era un museo admirado
y "La Naval de Euskalduna"
era un Palacio sin barcos.
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